Nunca fue fácil,
pero creo en tus ojos.
Es tan frágil depender de todo.
Y cómo explicarte,
desde el encierro,
cuánto miedo da salir
a ese mar de dudas.
Ya no hay más que hacer,
sos tu propia ayuda.
Ahora andá y viví.
Que siempre amé tu locura.
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